Revista Sala de Espera Venezuela Revista Sala de Espera, Edición Venezuela
Por Laura Armas — Fotografía: Sergio Rojas Zaurín
Desde hace poco más de tres años, el corazón de la Castellana ofrece un espacio en el que los amantes de las carnes y lo tradicional encuentran refugio en la búsqueda del buen comer. Se trata de Casa Churrasco, un gigantesco templo gastronómico que trae un pedacito de Santa Bárbara del Zulia a nuestra capital.
El lugar, cuya arquitectura rinde homenaje a las maravillosas casonas coloniales, transporta a los comensales a unos Llanos regios, donde las brasas son las dueñas de casi todo lo que llevamos al paladar. Cuenta con cuatro áreas en su totalidad: el inmenso Salón Principal que alberga las mesas, donde cientos de comilonas han tenido lugar; el Bar, con área de barra y música en vivo, para quienes prefieran ir a levantar las copas; el Salón de Eventos, con capacidad de hasta 90 personas para realizar celebraciones de todo tipo y el Salón VIP, ubicado en la segunda planta de la casa y con instalaciones hasta para 40 personas, reservado especialmente para los eventos más exclusivos.
Por otro lado, al igual que la infraestructura promete variedad de ambientes para clientelas diversas, la carta cuenta con una numerosísima gama de opciones que buscan satisfacer hasta a los paladares más exigentes. Cocina Internacional, ensaladas y entradas diversas, pescados, mariscos y aves, pero su protagonista principal es la carne.
A diferencia de muchos establecimientos de parilla o churrasquerías existentes en la ciudad, Casa Churrasco se destaca por poseer una meticulosa técnica de selección y control de cada uno de sus cortes. Las piezas, provenientes de una hacienda productora de vacunos de primera calidad ubicada en el estado Zulia, son directamente traídas a las cavas de maduración del restaurante, donde son expuestas a un cuidadoso proceso que les otorga la suavidad, la buena cocción y buen gusto que tanto las diferencia del resto.
Según Mauricio Mischel, uno de los socios de Casa Churrasco, “cada pieza de carne que llega es sometida a un estricto control de calidad”. Esta es una prueba que debe pasar para demostrar que realmente es apta para lo que estamos buscando. Además de esto, está el proceso de maduración, el cual se realiza en unas cavas especiales para tener un control más estricto de las piezas y así el cliente coma algo de muy buena calidad”.
Uno de los platos icónicos del lugar es el Churrasco de Solomo, acompañado por lo general con un campaneante y helado escocés o una apropiada copa de Merlot chileno, uruguayo, argentino o español. Además están disponibles las clásicas Puntas traseras, lomitos, cortes madurados, T—Bone, steak americano, conejos, cerdos, pescados, mariscos a la brasa y más.
Los platos son grandes; los postres y abrebocas, también. Pero lo que termina de diferenciar este menú de la mayoría de las ofertas similares existentes en la ciudad, es que prácticamente todo tiene el sello de “hecho en casa”. Desde los bollitos de maíz, las arepitas de ají dulce o chicharrón, pasando por los tequeños a la brasa (únicos en la ciudad), hasta llegar a las carnes maduradas y las tortas de queso y zanahoria, todos son elaborados en los fogones de esta casa con pinceladas de hacienda, con los mejores ingredientes y por el personal mejor calificado en el área.
No hace falta una excusa para visitar Casa Churrasco, más que las ganas de comer la mejor de las carnes. En su interior, aguarda el escenario perfecto para celebraciones familiares, almuerzos de negocios, reuniones de amigos, eventos especiales o, inclusive, para quienes quieran celebrar su boda en un panorama privilegiado con un toque criollo lleno de elegancia. Lo importante, eso sí, es ir con hambre y con las ganas de pasar un rato agradable y diferente, sin importar el motivo.
Ubicación: Calle José Félix Rivas, Edificio 007, La Castellana.
Para Reservaciones de cualquiera de sus espacios, llamar al: (0212) 2612543.
