El Mundial de Fútbol entra en la cancha

Brasil-Argentina, sueño dorado. El Maracanazo, pesadilla que atormenta…Mucha gente anhela una final entre los dos colosos suramericanos, en un partido ardiente que no se ha visto jamás en una decisión mundialista. Pero detrás de esta añoranza, late, como una fiera herida y al acecho, el recuerdo imborrable del Maracanazo dado por Uruguay. ¿Podrá Brasil cobrar venganza?

Por Cristóbal Guerra – crisluisguerra@yahoo.com / @camisetadiez Los sueños, sueños son. Dicen que no cuestan nada, pero no hay en Río de Janeiro, o en Buenos Aires quien no sufra, o quien no gaste sus horas en la cama, imaginando una final del Mundial entre Brasil y Argentina.

Sería un final y un comienzo. Conclusión de una era y arranque de otra, con todo ese pasado envuelto en la bruma de unos recuerdos que se harán intrascendentes: todo será a partir de ese instante. ¿Brasil y Argentina en un partido de decisiones? Viéndolo bien, esta podría ser la vez, porque no se conseguirán en sus caminos, no tropezarán uno con el otro hasta encontrarse felizmente en ese juego de trascendencia. Entonces, sueño cumplido, sueño dorado y muy caro, que pondrá fin a tanto anhelo.

Sin embargo, no será esta la única carta puesta sobre la mesa mundialista. Hay otra, que atormenta como un bisturí “de cuatro filos”, como dijera Federico García Lorca en un poema lejano, a los brasileros: el Maracanazo de 1950 ante Uruguay. Y esto nunca fue un sueño, sino más bien una pesadilla que persigue a la grandeza y no la deja descansar. Ni siquiera al amparo de los cinco títulos mundiales conseguidos; ni siquiera por su multitudinaria exportación de jugadores; ni siquiera porque las ofertas de las agencias de viajes, con sus mulatas imposibles retratadas de cuerpo entero, lo promocionan como “el país del fútbol”.

El Maracanazo y su tragedia, con sus suicidios y maldiciones, con sus fantasmas inmortales, pero también con las glorias para el pueblo charrúa, están escritos sobre piedra. ¿Habrá tanta agua que pueda horadar las palabras?

Pasajes importantes de la Copa del Mundo, pero no todo está allí. Habrá quien levante la voz para que hablemos de otros, de todos. Y, grupo a grupo, esto es lo que puede pasar en este torneo que no detiene al mundo, como se suele decir, sino que lo pone en movimiento y lo reinventa. Padre Nuestro que estás en el Mundial.

GRUPO A: Samba nao pode parar

Brasil, Croacia, México, Camerún

Aunque no es una delicia de zona, todo está dado para que Brasil sea vanguardia de grupo. Su seleccionado, bajo la tutoría de Luiz Felipe Scolari y el sortilegio de Neymar, se ha hecho fuerte e invulnerable. Detrás seguirá Croacia, equipo alegre y feliz con Luka Modric como señal, para que los dos avancen a los octavos de final.

México y Rafael Márquez, su “Emiliano Zapata” del fútbol, y Camerún y los incontables camarones de sus costas, viven épocas de transición y, sofocados por las circunstancias, no llegarán, en una llave en el que nadie quiere ser segundo porque a éste le tocará jugar con la vanguardia del B, ésta es España, Holanda o Chile: ¿quién se atreve? .

Avanzarán: Brasil y Croacia.

GRUPO B: Ole, ole y olé

España, Holanda, Chile y Australia

Aquí habrá batallas y no partidos. Tres rivales formidables, con el arma de la guerra como defensa y ataque, sin que ninguno resalte netamente: ¿quién disparará el revólver y quien recibirá la bala?

España, por ser el campeón en ejercicio, tal vez no esté en condiciones de revalidar, pero cuidado con su alta categoría y con Andrés Iniesta, autor del gol vencedor ante los tulipanes en la final en Suráfrica 2010. Holanda, dibujante de grandes jugadores como Arjen Robben, está en horas bajas pero es siempre de alta tensión. Y Chile, que deslumbró en sus partidos finales de la clasificación, tiene a Alexis Sánchez como abridor de surcos. A Australia, el reino particular del mediocampista Harry Kewell, aún le falta madurez mundialista.

Avanzarán: España y Chile.

GRUPO C: Carlos Vives al son del vallenato

Colombia, Grecia, Costa de Marfil, Japón

Vamos a ver si los colombianos tienen el guáramo para revivir la era de Carlos “Pibe” Valderrama. Al frente estará Radamel Falcao García, aún en duda por su severa lesión, pero en él cree la gente. Si toma la bandera, cuenten con los cafeteros para llegar muy lejos.

Los demás, vamos a ver. Parece que Japón al fin cuajará sus pregonados progresos, tipificados en Keisuke Honda, por su orden y su desbordada imaginación. Costa de Marfil echará al viento su último suspiro con Didier Drogba; y Grecia, aunque tiene un bastión en el atacante Georgios Samaras, tal parece que su fútbol defensivo no le alcanzará.

Avanzarán: Colombia y Japón.

GRUPO D: Celeste, celeste, aunque cueste

Uruguay, Costa Rica, Inglaterra, Italia

Este grupo es el “club de los campeones mundiales”. En efecto, en la cancha habrá siete títulos del universo, pero tal cosa poco importará en el encuentro entre estos colosos. Además, estará Costa Rica, una selección muy competitiva con jugadores determinados como Christian Bolaños, hombre que hace del medio campo su territorio natural.

Los uruguayos, siempre bravos, siempre charrúas, se las arreglarán, como siempre, para llegar a la meta. El arrasador dueto de ataque, Luis Suárez y Edinson Cavani, son una bomba de tiempo y con ellos cuenta su selección para cantar “Celeste, celeste, aunque cueste”. También viajará a segunda fase Inglaterra, que tiene en Wayne Rooney su hombre de avanzada. Pero, cuidado con Italia y Mario Balotelli, porque nunca parece, pero siempre es.

Avanzarán: Uruguay e Inglaterra.

GRUPO E: En la mitad del mundo

Suiza, Ecuador, Francia, Honduras

La enredadera marcará el rumbo de este grupo. Los suizos, encabezados por la intranquilidad de Tranquillo Barnetta, dejarán el pellejo para demostrar por qué fueron elegidos cabezas de serie por encima de la Francia de Franck Ribéry y del Ecuador de Antonio Valencia.

Los franceses evocan, sin mayor éxito, los días de Zinedine Zidane, pero aún así tiene en su pasado reciente ser campeones del mundo en 1998. Duro tendrán que bregar con los ecuatorianos, siempre echados pa?lante, capaces de arrollar a aquel que los subestime. Honduras, sin complejos, mucha guerra dará con los aportes de Wilson Palacios en la región del círculo central, pero con eso no basta.

Avanzarán: Francia y Ecuador

GRUPO F: Ché pibe, los volverás locos

Argentina, Bosnia-Herzegovina, Irán, Nigeria

Un suspicaz podría pensar que los argentinos armaron esta llave a su conveniencia, pero no es así. Quiso el azar, la Diosa Fortuna de Ignatius J. Reilly en La conjura de los necios, para que la albiceleste quedara encuadrada con adversarios que no le quitarán el descanso.

Lionel Messi tendrá la oportunidad de ganar el título mundial y ser considerado entre los grandes de la historia, porque ni bosnios, iraníes o nigerianos se acercan a las felices improvisaciones de su estatura futbolística. Irán tendrá otra vez su fútbol alegre contando con las agallas en el mediocampo de Ashkan Dejagah, y pasará de largo ante la Nigeria del crack Emmanuel Emenike y de la Bosnia de Edin Dzeko, el hombre de los goles de última hora.

Avanzarán: Argentina e Irán.

Grupo G: Mucha cerveza, mucho fado

Alemania, Portugal, Ghana, Estados Unidos

Si el grupo D es impredecible, qué decir del G, donde los cuatro pueden ser candidatos para cristalizar faenas de alto vuelo. ¿Quién será el osado que se atreverá a clasificar aquí?

Alemanes y portugueses prometen un feroz enfrentamiento con todos los argumentos de sus posibilidades, esto es, un decisivo desafío entre Mesut Ozil y Cristiano Ronaldo por imponer sus leyes. Ahí va estar la llave que abrirá los portones de la clasificación, porque Estados Unidos, con Landon Donovan como enseña, y Ghana acaudillado por Kwadwo Asamoah, mucho propondrán, pero las fuerzas superiores de sus adversarios no estarán a su alcance.

Avanzarán: Alemania y Portugal.

Grupo H: En Tomorrowland los esperamos

Bélgica, Argelia, Rusia, Corea del Sur

Cada año, delegaciones de todo el planeta se reúnen para festejar en el festival musical de Tomorrowland, celebración de derroche que los belgas esperan que también tenga su selección. Desmesura de talento de Steven Defour, el joven de 22 años de edad que marcará los caminos.

Y si Japón es capaz de hablar por el fútbol asiático, ¿qué dirán los coreanos? Ha Dae-Sung es un “tigre” que organiza y manda, y que pone orden en el disciplinado equipo de Seúl. Rusia vuelve a los escenarios mundialistas, y aunque puede ufanarse de tener en Román Pavlyuchenko al atacante posible, no va a ser suficiente, como tampoco las maneras de fútbol agradable de Argelia y Karim Ziani, su hombre de cabeza levantada.

Avanzarán: Bélgica y Corea del Sur.

Así esperamos el Mundial. Hemos dicho que solo un ramillete de selecciones aspiran a obtener la corona de olivo, pero la Copa no es solo eso. También se va a decir que se existe, que se está en el mapa, que se tiene un territorio, una lengua y una forma de ser.

Por eso el Mundial es, posiblemente, el encuentro más importante del ser humano. Compiten todos, entran todos, aún los que no llegaron a su seno maravilloso. En él anidan utopías de pueblos y razas, y en Brasil nos daremos el abrazo más emotivo y entrañable.