lunes , septiembre 16 2024

En busca de la gloria perdida

Por Yesmín Sánchez — Foto Jorge Pineda

Así como repetimos que la caída de agua más grande del mundo está en nuestro país y que las mujeres más bellas también, es común insistir en que el cacao venezolano tiene clase y calidad mundial. Una parte es cierta, pero también es verdad que hasta hace pocos años, las grandes empresas productoras de chocolate importaban un cacao procesado que había salido de algunas de las haciendas del estado Sucre, del sur del lago de Maracaibo o de Barlovento, pero que no había podido procesarse en Venezuela. Esto cambió gracias a un grupo de jóvenes que apostó a la producción nacional y crearon KKO Real. Según cifras de Corpoandes, Venezuela aporta apenas 0,64% de la producción mundial de cacao, 1,21% de la superficie cultivada y 0,3% de la capacidad de molienda global. Seguramente esas cifras estuvieron en la mente del presidente de KKO Real, Ing. Juan Francisco Hernández, hace diez años cuando decidió emprender una iniciativa que permitiera revertir y mejorar esa tendencia.

Probablemente el hecho de haberse manejado en el negocio de la importación de confituras y chocolates foráneos, le permitió forjarse la visión de “algún día” generar en Venezuela todos esos productos, cuya materia prima tal vez había sido sacada de nuestros campos y procesada afuera.

Siempre cerca de lo académico

Al momento de hacer los estudios de factibilidad, la realidad saltó a la vista de este gerente. “Vimos que era algo muy paradójico, porque nuestro cacao era uno de los mejores del mundo y no había quien lo procesara en el país. Las grandes empresas como Polar, Efe, no podía consumir el polvo venezolano, porque no cumplía los requerimientos de calidad en su producción. Entonces contactamos a las universidades Católica Andrés Bello, Central y Simón Bolívar con la idea de montar la planta pero no había nadie en Venezuela con know how. En conjunto con esas universidades, creamos un diplomado de un año orientado a crear la planta, los estudiantes fueron a Alemania a conocer todo el proceso y traer el conocimiento”, cuenta Hernández.

Varios años después (la planta tiene tres años de fundada), se han convertido en un proveedor confiable para la industria venezolana, algo que llena de orgullo a Hernández. “Hoy en día hemos aprobado todas las auditorías internacionales de Kraft de Inglaterra, Polar, Nestlé y Heinz”.

Si bien hasta el momento la producción se limita a los semi-procesados (licor de cacao, manteca de cacao y cacao en polvo), ya han comenzado a ampliar los horizontes con la producción de modificados lácteos. “Le damos valor agregado al crear modificados lácteos, una bebida achocolatada en el mercado, cacao para repostería y de taza. Somos proveedores de la materia prima para el Toddy y para los productos Alfonzo Rivas. Nos hemos convertido en un proveedor nacional confiable y seguro”.

Ante la consulta de qué hace falta para institucionalizar esa tendencia y revertir la importación teniendo tan buena materia prima en Venezuela, Hernández es claro: “se requiere una política agrícola coherente y permanente en el tiempo. Todos conocen el cacao venezolano, será muy bueno, pero si a los grandes productores no les llega con los requerimientos de calidad que necesitan al momento de la recolección, un mes sí les llega y otro mes no… así ninguna fábrica del mundo puede funcionar”.

Sembrando conocimiento

Si bien el origen de esta empresa fue producto de un acercamiento a la universidad, la iniciativa no se quedó allí. “Ahora existen dos materias electivas en la UCAB (Cacao I y Cacao II) en las que resulta maravilloso ver a los estudiantes acercarse al campo y compartir con los agricultores su conocimiento y a la vez conocer de cerca el proceso de recolección del cacao”.

Además, desde hace cuatro años, Cacao Real patrocina un concurso gastronómico en el cual pueden participar tanto estudiantes de gastronomía como chefs oficiantes, quienes utilizan los productos de la planta, para crear verdaderas fantasías que son evaluadas por un jurado calificador de la más alta credibilidad. El ganador en cada una de las dos categorías, recibirá como premio un viaje a Barcelona, España, para realizar cursos cortos en la Escuela de Postres ESPAI Sucre (único restaurante de postres en el mundo).

Otra forma de sembrar el conocimiento y el amor por el cacao venezolano se demuestra en la Escuela de Chocolate y Confitería, donde un cuerpo de docentes se esmera en trascender a través de la enseñanza de diferentes platos, a base del polvo de cacao con técnicas francesas y belgas.

En conclusión, para Hernández “los negocios tienen que tener las tres ‘P?: plata, placer y prestigio. En mi caso, la parte educativa y docente me da mucho placer”.

Fuentes consultadas: http://www.inn.gob.ve

La planta en números

Un total de 10 mil metros cuadrados de área de producción presurizados y las últimas tecnologías en la materia la consagran como la planta más moderna de toda Latinoamérica.

La capacidad instalada es de 2 toneladas hora. Lo que equivale a 17 mil toneladas anuales. 60% de la materia prima proviene de Yaguaraparo (oriente del país) 25% del Sur del Lago y 15% de la zona de Barlovento.

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