La vida se ve mejor a color

Por Gabriela Escalante (Ig: @gabriela_eg)

Los pequeños detalles muchas veces pueden alegrarte más de lo que tú mismo piensas

¿Cuántas veces has pensado que necesitas nacer de nuevo en otro lado? Un lugar completamente distinto, donde los problemas que normalmente te preocupan durante tu vida diaria no te alcancen. ¿En cuántos momentos has imaginado que despiertas frente al mar, en la casa de tus sueños y respirando agua salada?. O quizá, ¿cuántas veces piensas en vivir en la montaña, lejos de todo el caos cotidiano?

Es normal. ¡Es completamente natural para el ser humano desear y aspirar por un poco de tranquilidad!. En el mundo actual muchas veces olvidamos preocuparnos por nosotros mismos y terminamos descuidándonos.

En otras ocasiones, simplemente dejamos que los problemas nos agobien y terminen gobernando cada una de nuestras acciones.

El ajetreo de las prisas con las que vivimos, el constante avance del mundo hace que no recordemos que la vida va más allá que una imagen a blanco o negro. ¡La vida se ve mucho mejor a color!

Pero, ¿cómo hacer? ¿Cómo luchar y no permitir que el desgano termine venciendo la batalla?

El secreto es más sencillo de lo que podrías pensar. La gran clave de la calma y la tranquilidad es simplemente fijarnos en los pequeños detalles, en las cosas chiquitas que producen efímeros instantes de felicidad y que al final, estos momentos en conjunto terminan haciendo que valga la pena nuestro día a día.

¿Cómo aprovechar el día al máximo?

Es más sencillo de lo que la gente cree. Las personas suelen pensar que la paz interior es una cosa abstracta difícil de alcanzar y lo cierto es que todo depende de uno mismo. El esfuerzo y el valor que se necesita para sonreír todos los días, a pesar de cualquier circunstancia, es enorme. ¡Hay que aferrarse a ello!

Ahora, ¿de qué cosas estamos hablando? ¿A qué nos referimos cuándo decimos que los detalles del día a día son los que importan en la noche, cuando decidimos que hemos hecho valer otras valiosas 24 horas de nuestras vidas?

Nos referimos justamente a las cosas que te gustan y que te encuentras por el camino: las sonrisas de la gente con la que te topas, los buenos modales, la educación, las flores que crecen en lugares inesperados, un atardecer que hace que el cansancio tenga sentido. ¡Hay demasiado en qué fijarse!

Existen muchas maneras de hacerlo, de aferrarte a las pequeñas cosas y de darle sentido a tu vida. Por ejemplo:

Encuentra el color

Es una de mis favoritas, personalmente. Encontrar el color en el día a día se trata, por ejemplo, de proponerte a ti mismo encontrar un color determinado en objetos comunes durante el transcurso de tu rutina.

Un día te propones encontrar el color amarillo y así, empiezas a fijarte en la belleza que se encuentra a tu alrededor; en los girasoles y los árboles que dejan caer sus hojas al Otoño. Otro día te pones como meta el color rojo y encuentras las rosas, las sonrisas en labios color carmín, los grandes murales de tu ciudad, entre muchas otras cosas.

El objetivo del ejercicio es fijarte en lo que te rodea. Muchas veces no prestamos atención a nuestro ambiente y lo cierto es que es una belleza que merece ser observada.

Las personas se hacen parte de ti

Aunque no lo creamos, nuestros seres queridos son de nuestros pilares más importantes.

Somos el conjunto de personas que conocemos durante nuestra vida. De ellas, de cada una, aprendemos algo que se volverá parte de nosotros y que nos construirá como personas. ¡Aprovecha cada momento con esa persona que amas! Disfrútala, sonríe junto a ella.

Son pequeños momentos que pueden hacer la diferencia entre un mal día y uno bueno.

Anota todo lo bueno que pase en tu día

Esta técnica legendaria se ha vuelto mucho más conocida durante este último año. Se trata de anotar en un pequeño papel esos detalles que han hecho que tu día valga la pena. Luego, guardas ese papel en una caja o en un jarrón.

Así, irás anotando diariamente hasta que se acabe el año. Cuando esto pase, saca todos los papeles y léelos. Te darás cuenta de todas las cosas buenas que pasaron durante todo ese tiempo y sonreirás al pensar en cada uno de esos recuerdos.

¡Recuerda que la vida es una sola!

Debemos aprovechar cada uno de los instantes que el Universo nos regala. De esta manera, podremos disfrutar de la calma y la tranquilidad que tanto deseamos. Porque, aferrándonos a las cosas hermosas, a lo que nos saca una sonrisa, estaremos bien.

No olvides que la vida se ve mucho mejor a color, en alta definición.