Las mil facetas de Alexandra Braun

Actriz de cine, televisión y teatro, animadora, locutora y empresaria, está claro que Alexandra Braun no le teme al trabajo. Con varios proyectos a punto de estrenarse, la modelo y Miss Tierra 2005 cuenta cómo se las arregla para salir airosa de un torbellino de retos

Por Magaly Rodríguez / Fotografías Cortesía Alexandra Braun

La agenda de Alexandra Braun en estos días es un sudoku de nivel avanzado. No ha desarrollado todavía el don de la ubicuidad, pero sí el de encontrar un momento para todo y de encarar cada misión con una sonrisa genuina e inalterable. Se vale de una rigurosidad germana, como su apellido, para poder desdoblarse entre las grabaciones de una telenovela, la conducción de un programa de radio, la promoción de una película, el montaje de una obra de teatro y el seguimiento a su propia marca de accesorios. “Tengo un equipo maravilloso de personas que me ayudan y es cuestión de organizarse, pero se puede. Mi mamá nos enseñó a mi hermana y a mí desde pequeñitas que hay un tiempo para todo: que las cosas se cuadran, se cumplen en orden y tienen que hacerse muy bien. Es muy alemán eso, pero funciona”.

Esa misma tenacidad, junto con sus rasgos delicados y su formación actoral, le abrieron las puertas para protagonizar Hasta que la muerte nos separe, una cinta de boxeo, celos y amor dirigida por Abraham Pulido que llegará a las pantallas venezolanas los primeros días de abril. En ella es Diana Montenegro, una cotizada top model que se enamora de un boxeador y que está inspirada en la Desdémona de Otelo, de William Shakespeare. “Poco a poco, esta mujer que estaba acostumbrada a un estilo de vida lleno de lujos empieza a cambiar por amor. Se tocan situaciones de violencia doméstica, celos, problemas familiares. Es realmente un dramón. Lo que más me gusta de esta historia es que muestra cómo las personas más diferentes pueden enamorarse, no importa si vives en un barrio o en una mansión. El amor es así, no lo puedes controlar”.

Ya están dando de qué hablar sus escenas íntimas en el trailer. “Cuando vi el guión me preocupé un poco porque vi que estaban descritos unos desnudos, pero el director y yo llegamos a un acuerdo para no mostrar más de lo necesario. Zapata 666 y yo estábamos muy nerviosos porque ninguno de los dos había hecho nunca una escena de ese tipo, pero todo quedó muy bien. Ya he visto la película dos veces y me encantó; tenemos muchas expectativas con ella”. Su próximo proyecto en el cine será un largometraje de cine latinoamericano que grabará en Los Ángeles, titulada Exchange. En ella dará vida a Connie, una feroz abogada que lidia con redes de narcotráfico y corrupción. Luego tiene previsto participar en una película de Luis Fernández en la que desarrollará dos personajes: una adicta a las cirugías estéticas y una presentadora de televisión.

La mala de la novela. Hasta junio, Braun está comprometida con las grabaciones de Amor Secreto, la nueva telenovela de Venevisión —próxima a estrenarse— que además marca su debut actoral en este género. En este remake de Inés Duarte, secretaria, la actriz de 31 años interpreta a una villana llamada Alejandra Altamirano. A pesar de que hizo su audición de femme fatale con un brazo enyesado por una fractura en la mano derecha, Braun logró convencer a los productores de que era la indicada para el rol.

“Ha sido una experiencia maravillosa y estoy muy agradecida con el canal por haber confiado en mí. Todos mis compañeros son increíbles y me han enseñado mucho; sobre todo Miguel De León, quien es el protagonista y me ha dado un montón de consejos”, comparte. Su personaje es una mujer egocéntrica, obsesiva con la limpieza, amante de la buena vida y con un origen humilde que intenta esconder detrás de una gran ambición. “Usa su belleza y su sensualidad para manipular a los hombres pero le pasa como al coyote: inventa muchas maldades y todas le salen mal. He disfrutado mucho interpretándola, aunque a veces me cuesta despegarme de ella y cuido menos lo que digo (risas). Últimamente soy capaz de decirle a alguien ‘¡estás gorda!? y mi hermana se ríe. Me dice que Alejandra debe salir de este cuerpo”.

En los próximos meses, Braun también volverá a las tablas —esta vez en Escena 8— con la tercera temporada de Boeing Boeing, una comedia del dramaturgo francés Marc Camoletti en la que interpreta a Gloria Hawkins, una aeromoza estadounidense. A la vez, sigue conduciendo Por partida doble, el programa radial que comparte desde hace cuatro años con su gemela Karina, en Play 95.5 FM. “Es un magazine de variedades para ‘desestresarse?, en el que apoyamos mucho los emprendimientos venezolanos. Lo que más nos gusta de hacerlo es conocer todos los días a gente nueva y muy ingeniosa, que está trabajando en propuestas que no tienen nada que envidiarle a las de otros países”.

A este trote, suma su labor publicitaria como embajadora de la casa Dior en Venezuela y también como aliada de Senosayuda, así como su participación en Di Braun, la firma de accesorios que comparte con su hermana desde hace cuatro años. ¿Qué haces cuando por fin tiene tiempo libre? Admite que cuando pasa más de un día sin trabajar se siente como pez fuera del agua. “Si estoy cansada, con unas vacaciones de tres días ya recargo las pilas. Si es más de eso, me deprimo”, confiesa con gracia. De su enfoque deriva esta energía inagotable. “Los cambios nunca suceden si no te sinceras en saber qué quieres hacer y ponerte a trabajar seriamente en eso. Hay que saber quemar etapas y decidirse a superarse. El día que te atreves a hacer algo distinto y enfocarte, todo empieza a avanzar”.

El mundo privado

“Tengo 15 años de carrera y he procurado cuidarla mucho de habladurías, de escándalos. Prefiero que mi trabajo hable por mí. Yo estudié publicidad, sé el valor que tiene la imagen, y estoy consciente de que soy mi propio producto. En mí día a día hago muchas cosas, pero las más privadas no las muestro porque no me siento cómoda compartiéndolas. Hay mucha gente envidiosa. No subo en las redes fotos de mi familia, ni digo dónde estuve en vacaciones, ni muestro lo que hago con mi pareja. Si no me preguntan por él, ni lo nombro”, dice en alusión a su noviazgo de ocho años con el actor Adrián Delgado.

Le relaja pintar. Su mamá inscribió a las gemelas desde pequeñas en cuanta clase de manualidad encontró. “Hicimos pintura, cerámica, bordado… De hambre nunca nos vamos a morir. Si un día Karina o yo nos quedamos sin trabajo y nos toca pintar latas para sobrevivir, pintaremos latas sin ningún problema”, apunta risueña. La buena actitud es su sello. “Amargarse por todo te enferma. Hay gente que no entiende por qué siempre ando en mi propia burbuja de felicidad, pero ésa es mi forma de ser. Además, prefiero pasar por loca que por antipática”.

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