Revista Sala de Espera Venezuela Revista Sala de Espera, Edición Venezuela
Por Jackeline Rivero.
La comunicación es esencial en cualquier relación, mucho más cuando se trata de tu pareja.
Sin embargo, como seres humanos en ocasiones se nos dificulta expresarnos de forma adecuada, sin irrespetar y sobre todo sin dejar nada guardado que nos genere rencores.
Para no perder la cabeza pensando cómo tener una mejor comunicación sin morir en el intento, comienza por leer este artículo donde te mostramos tres aspectos que debes tomar en cuenta:
Forma
Muchas veces lo que tenemos que decir pudiera causar un alto impacto en la otra persona, lo que podrá herir a quien queremos aunque esta no sea nuestra intensión. Siempre que sea posible, debemos «suavizar» la forma en la que le hacemos llegar nuestro reclamo o petición a nuestra pareja.
No es lo mismo escuchar: “¡Qué estupidez ese juego de fútbol! Yo no quiero verlo. Cámbialo”, a “Yo tenía la idea de compartir un programa de tv que fuera del agrado de ambos, ¿cambiamos a otra cosa?”.
Ambas formas de decirlo te llevaran al mismo punto, la diferencia es que con la primera seguramente iniciarás una pelea y con la segunda das a entender que el juego de fútbol está fuera de tus intereses.
Fondo
Antes de decir algo, medita un poco y pregúntate ¿Realmente esto es algo que siento o solo estoy dejándome llevar por emociones pasajeras?
Es común cegarnos por celos, ira o frustraciones. Si bien es importantísimo que le demos a conocer a nuestra pareja que esto está ocurriendo, primero debemos estar seguros de las razones que nos llevan a tener estas emociones. Hablar los temas complejos es necesario y hay que hacerlo bajo un entorno de calma y reflexión, siempre que se pueda.
Toma en cuenta que el periodo de reflexión no debe tardar demasiado o solo estarás evitando confrontar.
Piensa antes de hablar
Siempre existen situaciones que hacen molestarte al punto de la histeria, pero en estas ocasiones –y en casi todas- es necesario que te tomes unos segundos antes de reaccionar para evitar decir cosas con implicaciones que no querrás manejar luego.
Si te tomas cinco segundos antes de comenzar a hablar podrás evitar herir sentimientos y susceptibilidades. ¡Las palabras no se recogen! Cuida lo que le dices.
