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Por primera vez la empresa de Bill Gates lanza su software emblemático en dos versiones: para computadores y para tabletas
Cuando Andy Grove, gerente de Intel, publicó en 1996 su libro Sólo los paranoicos sobreviven no estaba exagerando en lo más mínimo. La propia empresa Intel debió redefinirse en más de una oportunidad para mantener su liderazgo ante una competencia feroz.
Microsoft e Intel mantuvieron durante largos años una dupla invencible, tanto así que los analistas se referían al dominio de “Wintel” para expresar un acuerdo tácito entre Microsoft, el desarrollador de Windows, e Intel, el líder casi absoluto de los procesadores, para mantenerse dominantes.
Cada salto tecnológico hacia nuevos procesadores obligaba a renovar Windows y las aplicaciones de este sistema operativo, y a su vez, a mayor exigencia del software se hacía necesario más poder de cómputo, mejores procesadores.
Pero el desarrollo acelerado de los celulares, la consolidación de la banda ancha móvil y el formato emergente de las tabletas cambiaron para siempre este panorama predecible.
Microsoft, que debe una parte considerable de sus ingresos a Windows y a aplicaciones atadas al PC como Office, requería una transformación total de su estrategia con la nueva versión de Windows.
Si no podía detener el avance de las tabletas y frenar el deterioro de los PC convencionales, Microsoft necesitaba competir en el paisaje cambiante de los PC con un Windows totalmente diferente.
La atracción touch
La primera gran innovación de Windows 8 está en que mientras ese sistema operativo corre en los computadores actuales —con ciertas condiciones mínimas de hardware- los mayores beneficios del nuevo sistema se hacen palpables cuando se trabaja con pantallas táctiles.
Por primera vez, Microsoft produce dos versiones diferentes de Windows, una para los PC tradicionales basados en procesadores x86 (Intel o AMD) y otra versión, Windows 8 RT, para tabletas con procesadores ARM que hacen uso intensivo de la pantalla táctil, aunque pueden usar un teclado ocasionalmente.
Por supuesto que se espera toda una gama de portátiles híbridas: o bien tendrán teclado desprendible para ofrecer lo mejor de dos mundos (laptop y tableta) o serán portátiles ultradelgadas con pantalla táctil.
La interfaz de paneles rectangulares dinámicos es el sello visual de Windows 8 y como un signo de los tiempos, es una herencia de la interfaz de usuario del sistema operativo de Microsoft para teléfonos inteligentes.
Y con esto viene una gran transformación de Windows. Al igual que Apple con su App Store y Android con su tienda de aplicaciones online, ya Microsoft ha anunciado una tienda de aplicaciones: Windows Store, que está dirigida mayoritariamente a programas para los dispositivos con Windows RT y los smartphones con Windows Phone 8, pero que también ofrece aplicaciones para portátiles y PCs de escritorio.
Socios y competidores
El dominio de mercado de Microsoft tanto de sistemas operativos con Windows, como del software de productividad con la suite Office, se comenzó a ver amenazado con los smartphones y tabletas; primero de Apple, luego de los múltiples fabricantes apegados al sistema Android.
De allí que la transición hacia Windows 8 también está marcada por la incursión de Microsoft en el negocio del hardware, quien anunció una tableta propia, la Surface, y además manifestó en una carta a sus accionistas que no descarta la introducción de otros dispositivos de hardware marca Microsoft.
Pero los socios Microsoft por años —HP, Lenovo, Dell, Asus y muchos otros incluyendo los ensambladores locales como Síragon y VIT?tienen ya sus computadoras y tabletas listas para estrenar el nuevo sistema operativo Windows8.
