jueves , septiembre 19 2024

Noche vieja de tradiciones que llaman la felicidad

Cada país del mundo tiene una costumbre particular para atraer la dicha y la buena suerte del nuevo año. Desde la comida hasta el color de la ropa son elementos fundamentales para llamar lo mejor que pueda llegar a partir de enero

Por Verónica Albero

En Venezuela, como en el resto del mundo, sobran los hábitos que repetimos en la noche vieja. Muchos elementos se toman en consideración para tener la velada más significativa del año, en una especie de renovación de fe que expresamos con ritos y simbolismos, a fin de atraer la buena fortuna y motivos de alegría.

“Faltan cinco pa? las doce el año va a terminar” reza la canción de Néstor Zavarce, que no falta en el repertorio musical de las fiestas venezolanas, durante la despedida del año viejo. Los más melancólicos escuchan Las uvas del tiempo, del poeta Andrés Eloy Blanco.

El pernil es el plato central en el banquete de la cena, junto a las hallacas, la ensalada de gallina, el pan de jamón y las lentejas de la abundancia. Para el brindis se dispone de vino espumante.

Durante las 12 campanadas que anuncian la llegada del nuevo año, se van comiendo las uvas, mientras se piensan los deseos que esperamos se cumplan en los 365 días del próximo calendario. La ropa amarilla no puede faltar para atraer la buena suerte. Los que quieren viajar se van a caminar con maletas en mano. Otros lanzan los globos chinos de los deseos. Y el cañonazo ensordece mientras se dan los abrazos de ¡feliz año!

En el resto del mundo se repiten tradiciones propias de Venezuela. También tienen otras costumbres en las que se usan elementos como el fuego, el agua y hasta los sonidos, para realizar rituales llenos de misticismo y esperanza.

Con ruidos de alegría

Los australianos atraen la felicidad haciendo zumbidos con lo que consigan a su paso. Los silbidos, las cornetas de los carros, los aplausos y las campanadas de la iglesia están entre los sonidos más resaltantes en la celebración. Continúan el festejo al día siguiente, cuando aprovechan el buen clima del verano para hacer actividades al aire libre.

En Japón multiplican las campanadas a 108, para simbolizar un deseo terrenal que debe ser alejado. Suelen visitar los templos para pedir por la buena suerte y temprano realizan una limpieza total del hogar. Igualmente se toman muy enserio saldar las deudas pendientes para tener un nuevo comienzo con buen pie.

Las monedas y los círculos son los símbolos predilectos en Filipinas. Allí acostumbran a vestir ropas estampadas con esferas, y colocan muchas monedas en los bolsillos para hacerlas sonar a la media noche, con el fin de atraer la abundancia.

Los daneses no estrenan vajilla, por el contrario guardan los platos del viejo año para romperlos en señal de abundancia, después de disfrutar de la suculenta cena.

El fuego y el agua para purificar

La quema de ramas de bambú es el acto simbólico que realizan en Corea del Sur, para alejar a los malos espíritus del año que se va. Asimismo, deben permanecer despiertos esa última noche del año, con todas las luces de las habitaciones encendidas.

En Argentina y Panamá el ritual más popular consiste en confeccionar grandes muñecos para representar a personajes de la vida pública. Luego los rellenan con fuegos artificiales para quemarlos y así destruir los malos recuerdos del año viejo.

Más hacia el Caribe, en Cuba y Puerto Rico acostumbran a lanzar agua hacia la calle como símbolo de limpieza, a fin de librarse de los problemas.

Para atraer el amor

Tal como en las películas, los estadounidenses acostumbran a besarse con la pareja o algún amigo(a) para darse el ¡feliz año!, pues según un mito: no dar un beso después de las doce de la última noche del año asegura 365 días de soledad. Incluso, acostumbran a cantar la canción de despedida “Auld lang syne” justo antes de los mimos.

En España llaman al amor usando ropa interior color roja. También buscan la fortuna colocando una joya en la copa del brindis y comen las 12 uvas al compás de las campanadas.

Para asegurar un buen novio o una buena novia, en Perú se pasean por debajo de una mesa. Los más curiosos, suelen leer el futuro con un huevo.

La creatividad a la orden de los deseos

Con el fin de simbolizar las añoranzas para el año que vendrá, en Brasil lanzan al mar barquitos de papel con una vela encendida, además de flores.

En Inglaterra tienen presente el first footing. La creencia consiste en que el primero que entré a la casa donde se dará la celebración de fin de año será la persona que tenga mejor suerte los 365 días siguientes. Lo que se traduce en una especie de premio al más puntual de la noche.

Los rusos reciben al Abuelo Hielo (su versión de Santa Claus), que llega a los hogares la última noche de diciembre, para repartir dulces, juguetes y las típicas muñecas matriuskas.

De fortuito a tradicional

La costumbre de comer las 12 uvas, muy presente en países de toda Iberoamérica, data de hace más de un siglo, cuando en España hubo un gran remanente al cosechar la fruta y para no perderla recomendaron su consumo para despedir el año.

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