domingo , septiembre 8 2024

¿Quién dijo que todo está perdido?

Esto hay que agradecerlo: gente que te empuja a conocer a buenos músicos que jamás habías escuchado, que te conduce a descubrir libros y autores que no habías leído, gente que te contacta con otras personas interesantes y también programas de televisión que hacen posible todo esto. Es cierto que parece que estamos saturados de información, pero eso puede ser relativo. La información está al alcance de la mano, pero lo que solemos hacer es pasar por encima de ella: leer los pocos caracteres del tuit, quedarnos con el titular y las primeras líneas, asumir la breve referencia, marcar cosas que después no leeremos, bajar libros que quién sabe cuándo abriremos.

Estamos, eso sí, bombardeados de estímulos, atragantados con páginas web que dicen ser originales y que no hacen más que repetir y plagiarse, plagiarse y repetir y reempaquetar la misma información envenenadas como están por el aguijón de la inmediatez.

Vayamos al grano. De lo que se trata esta página es de compartir la sorpresa y el descubrimiento. Por razones de trabajo desde hace meses no me pierdo ninguna entrega de Efecto Naím, el programa que dirige y conduce Moisés Naím y que transmite NTN24 como cadena matriz, pero que al mismo tiempo se incluye en las parrillas de otros canales en Latinoamérica y parte de Estados Unidos. Los contenidos de este singular espacio nacen de la reflexión y no del vértigo noticioso. Y además de ofrecer perspectivas originales sobre asuntos de interés global, una de sus fortalezas está en las entrevistas que van más allá de la fama del personaje —que es lo que habitualmente hacen otros entrevistadores: buscar a los más populares— y evidencian un empeño por revelarnos la existencia de gente que desde distintos ámbitos de acción está aportando algo para entender o mejorar el mundo en el que vivimos.

Andrew Solomon, por ejemplo. Sobre su libro Far From the Tree el diario The New York Times dijo que es una lectura que seguramente te convertirá en un padre —y ser humano— más imaginativo y comprensivo y lo calificó como “un libro sabio y hermoso”. Solomon es un experto en arte y psicología, un tipo sorprendentemente honesto capaz de hablar de su vida sin tapujos porque al hacerlo sabe que podría estar ayudando a otros. Lejos del árbol, la traducción de ese texto, compila una serie de historias sobre las relaciones de padres “normales” que tienen hijos “diferentes”. Y esto de diferente incluye a niños prodigio, homosexuales, con alguna discapacidad severa y hasta niños criminales. ¿Qué hizo Solomon? Pasó diez años entrevistando a 300 familias para mostrar la complejidad y las oportunidades que plantea la negociación de esas “diferencias” y cómo en esas dinámicas, por dramáticas que puedan ser, esos padres atravesaron por un proceso de aprendizaje alimentado por la fuerza más poderosa: el amor por sus hijos.

¿Sabe usted quién es Daniel Ariely? Ariely es un experto en neurociencia, profesor de Psicología y Economía del Comportamiento en la Universidad de Duke (Carolina del Norte). Su primer libro lo escribió mientras se recuperaba de un accidente que le produjo quemaduras en 70% del cuerpo y trata sobre los impulsos irracionales que nos llevan a tomar decisiones erradas. Su segundo libro es La (honesta) verdad sobre la deshonestidad, en el que nos dibuja como seres propensos al comportamiento deshonesto. ¿De qué sirve esto? Eso que parece mera teoría permite entender los mecanismos de la irracionalidad y la falta de honestidad para —entre otras cosas— desarrollar fórmulas que permitan tomar mejores decisiones y propiciar conductas honestas. Es decir, para que seamos mejores personas en el contexto social.

Otro personaje fascinante entrevistado por Moisés Naím en el programa es Jody Williams. ¿Le suena? Probablemente no. Williams fue la artífice del movimiento global que logró que casi todos los países firmaran un acuerdo para la eliminación y no producción de minas antipersonales. En 1992 ella emprendió una campaña casi en solitario a la que se fueron sumando aliados para enfrentar a los ejércitos más poderosos del mundo que se resistían a desechar estas bombas de sus arsenales. A fuerza de voluntad, astucia y con la potencia de una personalidad avasallante, esta mujer y sus colaboradores lograron que en 1997 se firmara el Tratado de Ottawa y fueron reconocidos con el Premio Nobel de la Paz. ¿Qué nos enseña Williams? Lo dice en una frase simple y reveladora: “No tengo solamente derechos humanos, tengo obligaciones como ser humano”.

En el archivo de Efecto Naím hay más ejemplos inspiradores. Como vivimos en el país en el que vivimos, el programa no puede ser visto en televisión porque NTN24 está prohibido en las cableras nacionales. Pero todo está en la web, sin apuros: www.efectonaim.com.

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