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Mantenerlos en óptimas condiciones requiere mucha consistencia, pero los resultados valen la pena. He aquí algunos consejos para lograr un cutis de porcelana
Por Magaly Rodríguez
No acostarse con maquillaje. Es el consejo más trillado del mundo, pero también el más importante por una razón: la piel aprovecha la noche para absorber a fondo todo lo que se le aplica, por lo cual un cúmulo recurrente de sebo, maquillaje e impurezas no es la mejor receta para un cutis perfecto. Si la flojera hace de las suyas continuamente para sabotear la higiene del rostro, el resultado es aún peor, pues los poros se taparán más temprano que tarde. ¿El truco mágico para no dejarse ganar por la negligencia? Lavarse la cara justo al llegar a casa al final del día, antes de ponerse cómoda. Así, cuando el sueño o el cansancio se intensifiquen, el rostro ya estará limpio. Siempre que sea posible, andar sin maquillaje facilita que la piel respire mejor.
Exfoliar con regularidad. Otro cuidado clásico que no siempre se pone en práctica, pero que también es muy necesario. Al exfoliar, se remueven las células muertas de la piel y los poros tienden a obstruirse menos. Es una rutina particularmente beneficiosa en las zonas con vello justo antes de rasurarse, pues facilita el corte al ras de cada pelo y reduce la probabilidad de lesionarse. Para exfoliar el rostro hay cepillitos especiales de cerdas suaves, que pueden combinarse con productos limpiadores de gránulos redondos y muy finos. Se aconseja no restregar con mucha fuerza para destapar los poros, sino emplear movimientos circulares y delicados.
No entrenar ni ir a la playa con maquillaje. Con el calor y la transpiración los poros se abren, y así como dejan salir el sudor, también abren la puerta para el exceso de grasa y las impurezas. Por eso la piel debe estar completamente limpia al momento de ejercitarse o de exponerse a la luz solar, solo debidamente resguardada con un protector solar adecuado al tipo de piel.
Saber combinar el calor y el frío. Cada uno tiene su uso. El primero ayuda a dilatar los poros al hacerse un facial casero con vapor, para lo cual la piel debe estar previamente limpia. El segundo ayuda a cerrarlos una vez que la limpieza está hecha. Es importante no excederse en la exposición a cada extremo térmico, para evitar quemaduras.
Llevar un estilo de vida más saludable. Los trasnochos, la deshidratación, el estrés, el cigarrillo y la mala alimentación afectan el aspecto del cutis y no permiten que la piel se regenere adecuadamente. Descanso suficiente, técnicas de relajación, buena oxigenación, un consumo consistente de agua y una dieta rica en frutas y vegetales hacen una diferencia notable.
Elegir los productos adecuados. Sobre todo cuando se tiene una piel grasosa, el uso de productos muy oleosos tiende a provocar brotes de acné. Siempre es aconsejable preferir productos que indiquen ser no-comedogénicos y libres de aceite para prevenir este problema. Esto es fundamental tanto en las cremas que se aplican durante el día y la noche para el cuidado del cutis como en la elección de bases de maquillaje, protectores solares y otros productos. Al elegir o preparar mascarillas para el rostro, algunas ingredientes son particularmente eficientes para minimizar los poros, como las de arcilla, clara de huevo, yogurt o las de carbón activado.
Saber cuándo buscar ayuda profesional. Cuando aparecen espinillas y puntos blancos o negros, es indispensable ser cautelosos al tratarlos, pues un mal abordaje puede dejar manchas y marcas difíciles de ocultar. Si son un problema frecuente, pedir la asesoría de un dermatólogo es la herramienta más prudente y efectiva para no causar daños mayores. También es necesario recordar que con la edad el tamaño de los poros tiende a aumentar naturalmente por la pérdida de colágeno y otros compuestos. Las limpiezas profundas de cutis y algunos tratamientos como la microdermoabrasión pueden mejorar su aspecto, pero solo deben ser efectuados por profesionales.
