Revista Sala de Espera Venezuela Revista Sala de Espera, Edición Venezuela
Desde que se lanzó hace menos de un año como un proyecto familiar, las paletas de helado de Santa Paletta, ya suman 60 sabores y se han convertido en una opción segura en cualquier evento
Miryana Márquez Vucenovic — @gourmetclick — Fotos: Cortesía de Santa Paletta
Hay historias que se cuentan comiendo un helado, y hay helados que cuentan una historia. La de Santa Paletta es una. Hace menos de un año salieron al mercado estos “helados de palito”, como los llaman los niños, para demostrarle al público que una paleta puede venir vestida de colores y formas distintas.
Aunque surgieron como muchos, por la necesidad de reinventarse, la idea del producto nació de Gabriel, un chico de 18 años, hijo de Adriana Trujillo, que junto a su esposo Gilberto Valero dan vida al negocio familiar.
“Él tenía la idea y vimos que tenía auge a nivel mundial. Le dimos ese voto de confianza y nos dio muy buenos resultados” dijo Valero, quien es el director de la empresa. Tras varios meses de prueba se lanzó Santa Paletta.
Algo que los distingue, según él, es la variedad de moldes con los que cuentan, y quienes los conocen saben que es así: corazón, pata de perro y carita feliz son solo algunas de las opciones.
Pero sin lugar a dudas, la cremosidad de estos helados artesanales es lo que más encanta, y no solo a los niños.
Actualmente cuentan con 60 sabores, los más vendidos son el de Tres leches y el de Oreo. Cada mes, suman uno o dos sabores a la oferta, que va desde los cremosos y de frutas, con los que iniciaron la marca, hasta los saludables, endulzados con Stevia, miel o sin azúcar. Recientemente sacaron los de galletas María, de Toronto y de Dandy.
Y por supuesto, para no ser tan santa, hay paletas de licor, que se producen contra pedido del cliente, principalmente para bodas y eventos nocturnos. “Estamos manejando cuatro líneas en total. Pero también los hacemos personalizados. Hay uno llamado Runner que vino de un pedido, lleva espinaca, jugo de naranja y está endulzado con miel” comentó Valero.
Además de comercializarse a través de delivery con un pedido mínimo de seis paletas, que el cliente deberá solicitar un par de días antes, tienen opciones de stands (mínimo 50 paletas y tres semanas antes) que varía en tamaño dependiendo del evento. Se pueden disfrutar en cumpleaños, ferias colegiales, y en encuentros gastronómicos.
Tras vivir la experiencia de lo difícil que es comenzar una empresa, Valero decidió apoyar a otras personas para que puedan comercializar Santa Paletta estilo franquicia, pero sin tanta burocracia y con más facilidades, como aliado comercial. “La idea es darle la oportunidad a otros comerciantes para que puedan venderlo en sus negocios y nosotros les damos apoyos con las redes, por ejemplo” finalizó.
