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Wayde Van Niekerk es el rey designado por Usain Bolt para sucederle y el sudafricano empezó a asumir esa función este martes con su primer oro en el Mundial de Londres-2017 al ganar la prueba de 400 metros.
El sudafricano volador revalidó un título que ya había conquistado en Pekín-2015 al imponerse con un tiempo de 43.98.
Van Niekerk llegó con clara ventaja a la meta y bajó el ritmo en los últimos metros, sin duda pensando en ahorrar energías de cara a la prueba de 200 metros.
«Tengo un buen equipo que me ayudará a recuperarme de este esfuerzo de cara a las carreras de 200 metros y estoy con muchas ganas de afrontarlas», añadió Van Niekerk.
La plata fue para el bahameño Steven Gardiner (44.41) y el bronce para el catarí Abdalelah Haroun (44.48).
Van Niekerk se había librado antes de empezar del botsuano Isaac Makwala, tercer mejor tiempo de la temporada, debido a un problema médico por una presunta intoxicación.
Makwala debe respetar una cuarentena de 48 horas por enfermedad infecciosa, cuando una treintena de miembros de delegaciones han contraído una gastroenteritis en un hotel.
Para Van Nierkek, con su background, la prueba de 400 metros metros era terreno conquistado antes de correr.
Pero para consumar la definitiva toma del poder de Usain Bolt, el sudafricano de 25 años debe lograr el ansiado doblete, haciéndose con el título en 200 metros, con las semifinales programadas el miércoles.
Van Niekerk pasó la prueba más fácil de las dos, ganar los 400 metros, un título previsible después de haberse coronado campeón olímpico el pasado año en Rio-2016, con récord mundial incluido en la final (43.03), una plusmarca que duraba 17 años.
La ausencia de Makwala, que tampoco pudo correr las series de 200 metros el lunes debido a su indisposición médica, parece dejar expedito el camino a Van Niekerk a la corona dejada vacante por Bolt.
El botsuano tenía el mejor tiempo de la temporada en 200 y el tercero en 400 y buscaba como Van Niekerk el doblete.
Si ganara los 200 metros, Van Niekerk emularía a otro mito, el estadounidense Michael Johnson, al que arrebató el récord del mundo de 400 metros el año pasado, el único en lograr el doblete que busca el sudafricano, en el Mundial de Gotemburgo (Suecia) en 1995 y en los Juegos Atlanta en 1996.
Kipruto ganó su primer título mundial
Otro protagonista de la jornada fue el keniano Conseslus Kipruto, campeón olímpico de 3.000 metros obstáculos, que ganó su primer título en esta prueba en un Mundial, después de haber sido plata en los dos anteriores, en Moscú-2013 y Pekín-2015.
Pese a su juventud, Kipruto, de 22 años, puede presumir de tener un palmarés difícil de igualar.
«Estoy muy feliz al ser campeón del mundo. El pasado año gané el oro olímpico y este año ser campeón del mundo era mi objetivo», dijo el keniano.
El fondista africano, que se impuso con un tiempo de 8:14.12, se permitió el lujo de levantar los brazos como campeón a 50 metros de la meta, a pesar de que el marroquí Soufiane Elbakkali, que iba dos metros detrás, apretaba, pero tuvo que conformarse con la plata (8:14.49).
El joven marroquí de 21 años, cuarto en los Juegos de Rio-2016, se tomó con deportividad la suficiencia del keniano y lo buscó para abrazarse con el ganador.
La medalla de bronce fue para el estadounidense Evan Jager (8:15,53).
Por su parte, el francés Pierre-Ambroise Bosse, de 25 años, dio la sorpresa al ganar el oro en 800 metros, después de haber sido cuarto en los Juegos de Rio-2016.
Bosse, con un crono de 1:44.67, superó al polaco Adam Kszczot y al keniano Kipyegon Bett, que completaron el podio.
El francés de 25 años no había subido nunca al podio en Mundiales (había sido quinto en Pekín-2015), o Juegos Olímpicos (sexto en Londres-2012 y cuarto en Rio-2016).
Los otros dos títulos de la jornada fueron para el estadounidense Sam Kendricks en salto con garrocha (5,95 metros) y la checa Barbora Spotakova en el concurso de jabalina (66,76 metros).
AFP
